Una ciudad no gira alrededor de una sola visión, sino que está formada por actos individuales y la definen los individuos y las instituciones que se sienten parte de ella.
La innovación real se propaga desde abajo. En un mundo global, el liderazgo real y positivo de Barcelona solo es posible si todos se involucran realmente y contribuyen con sus acciones y sus ideas al desarrollo colectivo. Las ciudades y las instituciones están formadas por individuos: a esas personas nos dirigimos, a todos nosotros.
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